La economía del día a día se volvió cuesta arriba para millones de argentinos. Según una encuesta nacional, el 49% de los hogares reconoció haber tenido que restringir sus gastos en mayo porque no le alcanza el dinero. En enero, esa cifra era del 40%.

El dato evidencia el impacto sostenido de la inflación y el ajuste sobre el poder adquisitivo. Solo uno de cada cinco encuestados afirmó que no necesitó limitar consumos, un fuerte retroceso respecto de enero, cuando esa proporción era de uno cada tres.

El relevamiento también muestra que quienes llegan con lo justo o bien a fin de mes pasaron de representar el 65% de la población a apenas el 52% en cinco meses. En paralelo, los que directamente no logran cubrir sus necesidades básicas aumentaron del 34% al 46%.

Aunque algunos encuestados (28%) dijeron que cuidan más su dinero por precaución, sin necesidad urgente, ese número no varió desde enero. En cambio, se redujo considerablemente el grupo que puede sostener su nivel de gasto sin preocuparse: pasó del 32% al 22%.

De la inflación al desencanto político

Una de las sorpresas del estudio es que la inflación —pese a su peso cotidiano— ya no encabeza la lista de preocupaciones principales. Solo el 15% la ubicó como el mayor problema del país, lejos del 80% que acaparaba hace 15 meses.

Hoy, el foco del malestar se dirige hacia el sistema político en general (34%), el endeudamiento del país (33%) y los hechos de corrupción (también con 33%).

En cuanto a las expectativas de mejora personal, también hay señales de retroceso: el 40% cree que dentro de dos años estará mejor, una caída de seis puntos desde enero. Al mismo tiempo, los que temen estar peor pasaron del 43% al 45%.

Milei, entre la polarización y el desgaste

La evaluación del gobierno nacional muestra una estabilidad en el desencanto. El 44% de los encuestados considera que la gestión de Javier Milei representa “más de lo mismo”, prácticamente igual que en enero (43%).

El porcentaje de quienes creen que “está realizando los cambios que necesita el país” bajó del 46% al 42%. En cuanto a su imagen personal, el presidente registra un 54% de valoración negativa y un 41% de positiva. En enero, esas cifras eran 50% y 44%, respectivamente.

La percepción negativa de su gestión también creció: alcanzó el 52% en mayo, tres puntos más que en enero. La imagen positiva bajó del 45% al 42%.

Caídas generalizadas en figuras políticas

La tendencia descendente no afecta solo al oficialismo. La ministra Patricia Bullrich vio caer su imagen positiva tres puntos (ahora en 42%), misma cifra que alcanza el vocero presidencial Manuel Adorni.

Cristina Fernández de Kirchner también perdió terreno: su imagen bajó del 36% al 32%. Mauricio Macri descendió de 25% a 21%, y Horacio Rodríguez Larreta del 13% al 8%.

El humor social parece marcar el pulso de una ciudadanía que se endurece ante la crisis, con menos margen para el optimismo y más exigencia a una dirigencia que no logra mejorar las expectativas ni aliviar los bolsillos.